Burbujas Católicas
Por LGP de la Redacción de
Revista Ventana Católica
Mi paz os doy. Mi paz o dejo. Ese es el
regalo más hermoso que Jesucristo ha dejado a la humanidad, porque se trata del
cuerpo de Cristo y de su presencia entre los seres humanos.
Jesucristo ha reiterado a través de su
enseñanza evangélica, que quién le conoce a EL, conoce al Padre celestial,
porque el mismo Dios dijo: “ Este es mi hijo amado. Jesús ha reiterado también
que el que le niega en público o en privado. El también le negará frente al
Padre celestial.
Es que la doctrina de la Iglesia Católica es
sencilla, pero profunda, fácil de interpretar y en la que se puede reflexionar
sin atavismo ni presión de ninguna clase. En nuestra doctrina católica no se
obligada a nadie a la conversión, se deja al libre albeldrío, aunque sí se
hacen las recomendaciones espirituales de lugar.
El mismo Jesús proclamó en una ocasión cuando
un grupo de discípulos o seguidores lo abandonó, y refiriéndose a los
discípulos principales, es decir, a los Doce…también Ustedes quiren marcharse.
Pedro le respondió, Maestro a dónde vamos a ir. Tú eres la vida eterna, y tus
Palabras son fuentes de salvación.
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El papa Francisco escribió una carta al Cardenal Marc Quellet, director de la Comisión Pontificia para América Latina |
El momento de los laicos. Desde que comenzó
su exitoso Pontificado, el papa Francisco ha insistido en que hay que darles
mayor participación y responsabilidad a los fieles de la Iglesia, es decir, a
los laicos. Hoy en una carta pública al Cardenal, Marc Quellet, presidente de la Pontificia
Comisión para América Latina, le advierte del “ cleriquismo” y exhorta a la
Iglesia continental latinoamericana a integrarse en el trabajo cotidiano de la
Iglesia, por los fieles-laicos son el corozón de la Iglesia y el catolicismo.
Participación de los laicos en el seno de la
Iglesia. Convencidos de que la integración
de los laicos en el trabajo pastoral, beneficiará ampliamente el crecimiento de
nuestra comunidad católica mundial, entendemos que los sacerdotes tienen que
salir a los hogares, a predicar el Evangelio y a compartir con las familias
como seres humanos que realmente son.
Dudo en lo personal, que el conjunto de la
familia católica rechace la presencia de sacerdotes, de evangelizadores y
trabajadores pastorales, pero es cierto, hasta hoy día existe una brecha entre
sacerdotes y fieles, los pastores de la Iglesia no dialogan con la familia, con
la juventud, existe un temor infundado no se sabe realmente a qué.
¿ Prohibición o limitación mental? En mi
caso personal hice contacto con un joven
de una Pastoral Juvenil del vecindario
donde resido. Le comuniqué que tenía la intención e interés de tener un
“ Conversatorio con ese grupo juvenil”. Acerca de los cambios y reformas que
plantea el Pontificado del papa Francisco y la misma Iglesia Católica del siglo
XXI, el joven contacto quedó de avisarme, y en sendas oportunidades se me
acercó en la homilía dominical y me dijo que el conversatorio se estaba
organizando.
Pero este grupo pastoral pertenece a una
iglesia barrial, y tiene como sacerdote a un legendario anciano tradicionalista
que cuenta con 87 años de edad de nacionalidad española, que no quiere saber de
reformas ni que se cambie nada dentro de la estructura del catolicismo@
VATICANO, 26 Abr. 16 / 06:16 am (
ACI).-
El
Papa envió una carta al Presidente de la Pontificia Comisión para
América Latina, el Cardenal Marc Ouellet, en el que habla de la misión
de los laicos en la
vida pública y recuerda que es una de las mayores riquezas del
Concilio Vaticano II.
Con motivo de la reciente Asamblea Plenaria que celebró dicha Comisión
sobre la misión de los fieles en la vida pública de latinoamérica,
Francisco cuenta cómo se reunió con ellos e intercambiaron algunas
reflexiones. Sobre esto mismo pide que “el espíritu de discernimiento y
reflexión ‘no caiga en saco roto’; nos ayude y siga estimulando a servir
mejor al Santo Pueblo fiel de Dios” y alerta de los peligros del
clericalismo.
El Pontífice señala que los obispos “como pastores estamos continuamente
invitados a mirar” al Santo Pueblo fiel de Dios (los laicos) para
“proteger, acompañar, sostener y servir”.
“Un padre no se entiende a sí mismo sin sus hijos. Puede ser un muy buen
trabajador, profesional, esposo, amigo pero lo que lo hace padre tiene
rostro: son sus hijos. Lo mismo sucede con nosotros, somos pastores. Un
pastor no se concibe sin un rebaño al que está llamado a servir”.
El Pontífice también explica en el mensaje que “al pueblo se lo sirve
desde dentro”. “Muchas veces se va adelante marcando el camino, otras
detrás para que ninguno quede rezagado, y no pocas veces se está en el
medio para sentir bien el palpitar de la gente”.
Uno de los consejos es que los obispos miren “continuamente al Pueblo de
Dios” porque “nos salva de ciertos nominalismos declaracionistas
(slogans) que son bellas frases pero no logran sostener la vida de
nuestras comunidades”.
“Por ejemplo, recuerdo ahora la famosa expresión: "es la hora de los
laicos" pero pareciera que el reloj se ha parado”, añadió a
continuación.A su vez, recuerda que “todos ingresamos a la
Iglesia
como laicos” puesto que “el primer sacramento, el que sella para
siempre nuestra identidad y del que tendríamos que estar siempre
orgullosos es el del bautismo”.
Francisco destaca que el Bautismo “nos hace bien recordar que la Iglesia
no es una élite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos,
sino que todos formamos el Santo Pueblo fiel de Dios”.
“Olvidarnos de esto acarrea varios riesgos y deformaciones tanto en
nuestra propia vivencia personal como comunitaria del ministerio que la
Iglesia nos ha confiado. Somos, como bien lo señala el Concilio Vaticano
II, el Pueblo de Dios, cuya identidad es la dignidad y la libertad de
los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en
un templo. El Santo Pueblo fiel de Dios está ungido con la gracia del
Espíritu Santo, por tanto, a la hora de reflexionar, pensar, evaluar,
discernir, debemos estar muy atentos a esta unción”.
Clericalismo
En el mensaje el Papa argentino pide poner atención al clericalismo,
“fruto de una mala vivencia de la eclesiología planteada por el Vaticano
II”.
“Esta actitud no sólo anula la personalidad de los cristianos, sino que
tiene una tendencia a disminuir y desvalorizar la gracia bautismal que
el Espíritu Santo puso en el corazón de nuestra gente. El clericalismo
lleva a la funcionalización del laicado; tratándolo como ‘mandaderos’,
coarta las distintas iniciativas, esfuerzos y hasta me animo a decir,
osadías necesarias para poder llevar la Buena Nueva del Evangelio a
todos los ámbitos del quehacer social y especialmente político”.
Además, “el clericalismo lejos de impulsar los distintos aportes,
propuestas, poco a poco va apagando el fuego profético que la Iglesia
toda está llamada a testimoniar en el corazón de sus pueblos. El
clericalismo se olvida de que la visibilidad y la sacramentalidad de la
Iglesia pertenece a todo el Pueblo de Dios (cfr. LG 9-14) Y no solo a
unos pocos elegidos e iluminados”.
Pastoral popular y laicos en la vida pública
Otro de los puntos que el Pontífice trata en el mensaje es el de la
pastoral popular. “Ha sido de los pocos espacios donde el pueblo
(incluyendo a sus pastores) y el Espíritu Santo se han podido encontrar
sin el clericalismo que busca controlar y frenar la unción de Dios sobre
los suyos”.
El Papa pide confiar “en nuestro Pueblo, en su memoria y en su ‘olfato’,
confiemos que el Espíritu Santo actúa en y con ellos, y que este
Espíritu no es solo ‘propiedad’ de la jerarquía eclesial”.
Respecto a la misión de los laicos en la vida pública, el Santo Padre
destaca que en muchas ciudades se descarta a las personas y donde no hay
esperanza. Pero los laicos en la vida pública pueden “buscar la manera
de poder alentar, acompañar y estimular todo los intentos, esfuerzos que
ya hoy se hacen por mantener viva la esperanza y la fe en un mundo
lleno de contradicciones especialmente para los más pobres,
especialmente con los más pobres. Significa como pastores comprometernos
en medio de nuestro pueblo y, con nuestro pueblo sostener la fe y su
esperanza”.
“No es nunca el pastor el que le dice al laico lo que tiene que hacer o
decir, ellos lo saben tanto o mejor que nosotros. No es el pastor el que
tiene que determinar lo que tienen que decir en los distintos ámbitos
los fieles. Como pastores, unidos a nuestro pueblo, nos hace bien
preguntamos cómo estamos estimulando y promoviendo la caridad y la
fraternidad, el deseo del bien, de la verdad y la justicia. Cómo hacemos
para que la corrupción no anide en nuestros corazones”.
El Papa también denuncia que muchas veces se ha generado una ‘élite
laical’ creyendo que "son laicos comprometidos solo aquellos que
trabajan en cosas ‘de los curas’ y hemos olvidado, descuidado al
creyente que muchas veces quema su esperanza en la lucha cotidiana por
vivir la fe”.
Francisco asegura que “por estar en medio de nuevas formas culturales
que se gestan continuamente tiene exigencias de nuevas formas de
organización y de celebración de la fe”.
“¡Los ritmos actuales son tan distintos (no digo mejor o peor) a los que se vivían 30 años atrás!”, clama en el mensaje.
En definitiva, “esto requiere imaginar espacios de oración y de comunión
con características novedosas, más atractivas y significativas
–especialmente– para los habitantes urbanos”.
En relación a esto, habla de la ‘inculturación’: "un proceso que los
pastores estamos llamados a estimular alentado a la gente a vivir su fe
en donde está y con quién está. La inculturación es aprender a descubrir
cómo una determinada porción del pueblo de hoy, en el aquí y ahora de
la historia, vive, celebra y anuncia su fe", asegura.
Al terminar, el Papa pide no perder la memoria, puesto que
“desarraigarnos de donde venimos y por lo tanto, no sabremos tampoco a
dónde vamos”.@