Los discursos
populistas de Danilo Medina y Donald Trump
La mitomanía
y el narcisismo afloran en ambas piezas oratorias llenas de promesas y
cargadas megalomanía. Hablemos primero, del discurso del presidente dominicano que
mantuvo la misma línea el pasado 27 de
febrero que en su primer cuatrienio.
Una reedición
de obras y promesas ofrecidas y no cumplidas en su campaña electoral. Si
los
dominicanos creyéramos en los números y en la magia multiplicadora, tendríamos
que estar contestes de que ya somos una Isla enclavada en el Caribe español con
una riqueza sólida y con cuasi todos los problemas resueltos. Las (bocinas del
oficialismo) aseguran que más de un millón de dominicanos ha salido de la
pobreza, y es que si nos dejamos arrastrar por los números, las estadísticas y
los presupuestos embusteros y engañosos que difunde el gobierno, terminaríamos
asimilando la mitomanía del mandatario dominicano. Con sus poses, sus gestos y movimientos configurativos aparentan
estar afectado también, de una dosis de
narcisismo.
La mitomanía del presidente Medina |
Hablo de eliminar la impunidad y la corrupción...pero cuando |
Tenemos esperanza.
El Movimiento Verde, que comenzó como
una simple protesta en la capital dominicana en contra de la corrupción y la
impunidad se extiende como pólvora, y se organizan jornadas de protestas en
todo el país, no para desestabilizar el gobierno, sino al contrario,
para apuntalarlo, porque le daría apoyo popular y legitimidad. Con esta
creciente protesta nacional que se desarrolla vertiginosamente, es evidente
que se atiendan las demandas
prioritarias, porque si las autoridades no actúan, ello podría dar al traste con el gobierno corrupto,
punitivo y neo-liberal que soporta la población dominicana desde hace 18 años, en que asumió la presidencia de la república
el Partido de la Liberación Dominicana ( PLD),.El presidente Danilo Medina
puede que sea un político bien intencionado, pero es al mismo tiempo un peón de
su organización política y un embustero consumado, cuando asegura que su gobierno ha sacado de la
pobreza a la población dominicana.
DT trató de acercarse al Congreso, pero su discurso es incendiario |
La democracia occidental
está en crisis, el advenimiento de un gobernante derechista y ultraconservador
en los Estados Unidos de América, no
solo constituye una amenaza para la democracia tradicional y constitucionalista
que rigió los destinos de Norteamérica por más de 200 años, sino que afecta y
pone en peligro la paz del mundo en todo el espectro que abarca Occidente,
porque como Estados Unidos se había convertido en “ la
policía del universo” en el pasado, , este cambio brusco al nacionalismo y al
proteccionismo derrumba muchas barreras que habían mantenido su estabilidad,
porque el Tío Sam, era su protector.
Analizando con objetividad
el primer discurso del presidente Trump antes el hemiciclo bicameral
estadounidense, encontramos que no dijo nada nuevo, salvo que le gustaría
gobernar con el liderazgo de ambos partidos tradicionales, con el Republicano
que le apoya y el Demócrata que le adversa.
Pero es una tarea difícil,
primero, porque el partido que le llevó al poder de (carambola) el Partido
Republicano está muy fraccionado y precisamente en contra de la gobernabilidad
y presencia de Donald Trump en la Casa Blanca.
Por otra parte, los demócratas que se sienten estafados y
defraudados, por el robo que perpetró el Movimiento Populista que encabezó
Trump y que realizó todas las artimañas para arrebatarles la victoria a Hilary
Clinton que ganó el voto popular con más tres millones de votos, no van a
ayudar a un enemigo confeso y a un
gobernante que cada vez trata de agredir con mayor profundidad a sus
adversarios.
Trump no llega a la
presidencia estadounidense como líder
político, llega como el resultado de una corriente racista, xenófoba y ultra
derechista que busca cambiar la forma de hacer política en Washington y en el
resto de los estados de la Unión Americana.
Congresistas demócratas le declaran la guerra a D. Trump |
México está en
la mira con amenaza de que tenga que pagar el costo del muro divisionista, de que sus exportaciones tengan que pagar un 20% de impuestos,
que deba recibir un éxodo de deportados, no solo mexicanos indocumentados, sino
además, deportados de otros países, para que desde allí sean enviados a sus
respectivas naciones.
Megalomanía,
mitomanía y narcisismo son patologías
que parecen converger en el cerebro de Donald Trump, el presidente
norteamericano, que seis semanas después
de haber tomado posesión de la presidencia no se ha referido a las relaciones bilaterales
con América Latina. Hasta ahora solo habló de armamentismo, proteccionismo y
nacionalismo. Su eslogan es simple: Estados Unidos para los estadounidenses,
los ciudadanos del mundo serán bien recibidos si van a invertir o gastar dinero
como turistas. La democracia tiene de todo un poco como en la Viña del Señor.@
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