sábado, 29 de enero de 2022

La Metralleta de don Godo/La Columna de Luis Godofredo Pichardo/ Editor de PNS Noticias.Com



Sociedad del siglo XXI llena de preguntas y urgidas de respuestas

A veces me pregunto en la intimidad, cuántas preguntas tiene que hacerle la humanidad en este primer cuarto de siglo al liderazgo, político, económico y religioso de un mundo globalizado cada vez más confuso y complicado. Una economía en crisis e inflacionaria, un liderazgo político díscolo y una religiosidad cada vez más cuestionada.

Los políticos de turno se convierten en los nuevos colonizadores de los modelos de gobernabilidad que desean aplicar al mundo. Entiéndase bien, no lo que necesita la humanidad de hoy carente de una gobernabilidad estable, confiable y creíble.

El liderazgo político actual se ha inventado una fórmula híbrida denominada populismo liberal que se ubica entre la intolerancia, la rigidez, y la dictadura.

Pero que nadie se atreva a decirle a uno de los nuevos dictadores, disfrazado de democracia, neoliberalismo, liberalismo y democracia neoliberal.

Esta mezcla de pensamiento político se inclina por una gobernabilidad de estilo dictatorial, pero como las dictaduras están en desbandas desde hace varias décadas, ahora se prefiere llamarle “ populismo político” que significa en el argot de los nuevos aspirantes a ser presidenciables, tener potestad libérrima para hacer lo que al gobernante de ese género o modalidad se le venga en gana.

Tenemos muchos ejemplos de esta variedad de energúmenos diseminados alrededor del mundo, En nuestro continente bastaría con presentar a gobernante como Nayib Bukele, de El Salvador, Nicolás Maduro, en Venezuela, Alberto Fernández, en Argentina, y el dictador Daniel Ortega, en Nicaragua, que de revolucionario nicaragüense pasa a dictador reeleccionista con cuatro mandatos consecutivos, sin competidores.

En la escena latinoamericana aparece también Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, que es el más contestatario de todos, y el más testarudo, prefiere que los brasileños mueran en la pandemia del Covid, a que se vacunen, porque al igual que los grupos de extrema derecha alega que el coronavirus es una conspiración del mundo capitalista.

Pero probado diversos modelos de gobernabilidad parece que el único que funciona a cabalidad es el de la democracia representativa y no modelos aberrantes como los del comunismo, socialismo, neoliberalismo o populismo.

Es necesario volver al modelo antiguo de la democracia representativa y olvidarnos de iniciativas dictatoriales e improvisadas, con políticos surgidos de la nada que buscan insertarse en la sociedad del siglo veintiuno, como el coronavirus. ( PNS).

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