martes, 2 de febrero de 2016

Transformación o Rebelión en la Iglesia Católica?

 



Material vintage de oficina dibujado a manoBurbujas Católicas:
Por Luis Godofredo Pichardo/ Editor del Servicio Panamericano de Noticias
Basílica de San Pedro del Vaticano
Reforma profunda lleva a cabo SS el papa Francisco
¿Transformación… revolución o rebelión lo que enfrenta la Iglesia Católica?
  El Pontificado de Jorge Mario Bergoglio es una tarea difícil de definir, porque su gobernabilidad no parece agradar a sectores conservadores y combativos dentro de la principal estructura del catolicismo, como lo es el Vaticano, en Roma,  un territorio densamente pequeño, pero poderoso donde  se tejen sueños paradisíacos, y se arman confabulaciones que van desde un chisme común y pasajero, hasta la comisión y ejecución de crímenes de Estado  por encargo.
  Es posible que ese no sea el peligro y el asecho al Pontificado del papa Francisco en este momento, pero ya en otras ocasiones se han filtrados informaciones a la prensa que dan a entender que sectores adversos al pontífice estarían buscando una renuncia o un motivo  para que fracase su gestión administrativa, el en el pasado reciente se llegó a difundir que sufría de un tumor, pero esa versión fue desmentida por el propio gobierno vaticano.
El portavoz vaticano:
El Papa viajero, dentro de una semana de visita en México
  Pero la gobernabilidad  pontificia  de Jorge Mario Bergoglio,  se percibe sólida y  con muchos solidarios fuera y dentro del entorno eclesiástico romano, y con muchos funcionarios y diócesis  que favorecen y reconocen su gestión. En muchos siglos,  la Iglesia Católica no había contado con un administrador de la calidad y pulcritud del papa Francisco. También le hacía falta un jefe espiritual que inspirara el respeto  y la  confianza universal que demanda la dirección del catolicismo.
  Bergoglio,  estaba consciente desde que fue nombrado,  que iba a enfrentar a sectores poderosos conservadores, enquistados en el poder y con costumbres y tradiciones que se asemejan muy de cerca a una propiedad inmobiliaria, o una plantación privada, donde el propietario,  hace lo que le venga en gana y emplea o desemplea a cualquiera de sus subalternos sin previas consultas, pero la presencia del papa Francisco movió las viejas manecillas del reloj de la Iglesia antigua.
  Dios que es misericordioso, caritativo y un padre excelente,  le concedió a Jorge Mario Bergoglio,  el privilegio de dirigir su rebaño sin obstáculos y con autoridad. Dios sabe de antemano cuales son los problemas que permean a su Iglesia y conoce de antemano quiénes son sus buenos administradores y cuáles son los malos, y quiénes incluso,  son sus buenos sacerdotes. El papa Francisco es un ejemplo de santidad y de trabajo.
¿Se justifica que  el Premio Nobel de la Paz se conceda a su Santidad? El Comité sueco del Premio Nobel de la Paz,  conformado por  cinco miembros es el que recibe las peticiones y recomendaciones para   conceder tan  importante galardón, ha recibido este año 39 peticiones o recomendaciones y entre ellos, está la  del papa Francisco, que ya  es el candidato. Como periodista pienso que es el más aventajado de todos para recibir ese reconocimiento es el argentino Bergoglio.
Así están las apuestas por el Premio Nobel de Paz
El Papa en medio de John Kerry y J. M Santos, y Angela Merkel y otro gobernante no identificado. En Oslo, Suecia se baraja el nombre de JM Bergoglio para el premio Nobel de la Paz
  Su lucha para cambiar la actitud del hombre depredador de hoy,  a favor del medio ambiente, su interés en preservar y cuidar el planeta  con su biodiversidad, o sea poner la atención en el cambio climático, es uno de los logros de su Pontificado.
. Asegura  Francisco,   en una de sus encíclicas,  que es el ser humano quien está contribuyendo a destruir nuestro planeta terráqueo.  El Papa es un luchador incansable por una reforma matrimonial, su condena pública a la pederastia dentro del seno de la Iglesia, su llamado a preservar a los cristianos perseguidos por la guerra y el terrorismo, su condena al capitalismo despiadado y explotador y la búsqueda de una imagen nueva para la doctrina católica, la recomendación a los sacerdotes para que salgan del púlpito  a evangelizar, y la recomendación al clero principal para que empodere a los laicos seguidores fieles de la Iglesia para que participen  de las actividades evangelizadoras de la  fe católica, son credenciales  suficientes que permiten un voto de confianza a su Santidad para que el Premio Nobel de la Paz le sea otorgado, y que el mundo entero reconozca su trabajo evangelizador y de obediencia a Jesucristo.
  Francisco,  es un apaciguador de las ovejas del Señor a tiempo completo. No escatima esfuerzos ni dificultades para salir en defensa de la Iglesia y reconoce las debilidades y los malos hábitos de algunos de sus colegas.
  ¿Se justifica la estampida de sacerdotes y monjas de la Iglesia? Es un tema profundo y de amplia reflexión espiritual. No es igual,  observar a un laico desertar de la Iglesia, que presenciar la renuncia de un sacerdote con años de ejercicios  espiritual en su ministerio,  o de una religiosa (monja/s) que han consagrado su vida a Dios y al servicio de la comunidad católica universal.
  Los hábitos sacerdotales plantean un compromiso con Dios y con su Iglesia, de igual manera con las religiosas o monjas,  como se les conoce en el argot eclesiástico, pero la Iglesia y el catolicismo de hoy plantean una nueva visión, y sería más saludable a la Iglesia tener sacerdotes y monjas fuera de la obligatoriedad del celibato y el ostracismo de enclaustramiento, es decir, personas normales con familias y responsabilidades sociales, que sirvan a la Iglesia con fe, dedicación y solidaridad humana.
  El Papa proclamó recientemente,  antes más de cinco mil peregrinos en Roma, que es una pena que haya monasterios  vacíos y abandonados que sólo cuentan con dos y tres ancianas monjas,  cansadas y agotadas por el trabajo. Expresó,  que hay que buscar una solución a esa estampida vocacional, pero sin precipitarse, porque es cuestión de “vocaciones” y sólo Dios sabe cuando llama a sus hijos a servir en la Iglesia que él fundó.
¿Se justifica en el siglo XXI el celibato sacerdotal? Creo que no. Pienso que la jerarquía de la Iglesia católica debe ser más flexible  con ese compromiso personal que se convierte en un yugo para los sacerdotes, tantos a los viejos y tradicionales, como a los nuevos prospectos de la Iglesia.
  El juramento de hábitos en el Celibato  se convierte en una esclavitud permanente para el sacerdote, de igual manera para la monja o religiosa, que asume ese compromiso, pienso que Dios no desea castigar a ningunos de sus hijos y menos,  cuando dedican sus vidas al servicio de la Iglesia y al ministerio sacerdotal, ojalá que en la reforma que plantea Francisco y que es  urgentes en el seno de la Iglesia,  se incluya la  eliminación del Celibato y se busque  una fórmula como liberar a religiosas jóvenes que sirven a Dios con dedicación y vocación, pero que al mismo tiempo, tienen familias, aspiraciones  derecho, como los sacerdotes, a formar una familia y convertirse en padres de familias y cabeza de hogar.@