domingo, 23 de julio de 2017

Crónica Siete: Mi Estancia en Villa Mata



Autobiografía de LGP-
 Crónica Siete: Mi estancia en Villa Mata
Tal y como narré al principio no fui a vivir directamente a Villa Mata, sino a la comunidad de Arroyo Frío a mediado de 1946. Al cabo de un año 1947,  me trasladé,  con mis padres, mi abuela, y  mis tíos,  Chano, Bernardo y Roberto, a la nueva residencia en Villa Mata.
En virtud de que Roberto había descubierto una  ruta de tierras baratas y fértiles, mi abuela Adela, decidió vender sus tierras de herencia en Canabacoa, y trasladarse con sus hijos a la Loma, así era como se conocía esa porción  Cordillera Central.
Antes de explicar mi estancia y mis primeras experiencias en esas tierras de colonos, quiero exponer, como mi abuela hizo un negocio negativo, antes se les llamaba el negocio del “capa perros”, que compraba a cinco y vendía a tres.
va panamericana a su paso por santiago la avenida central de santiago
En esta avenida Panamericana, se ubicaban las tierras propiedad de mi abuela Adela Gutiérrez
Las tierras de mi abuela en Canabacoa, son ahora ocupadas por la Fabril, empresa productora de diversos aceites comestibles que son consumidos por gran parte de los dominicanos. Esa era una porción de cientos de tareas, pero además era propietaria también de dos  porciones de tierras en la avenida Panamericana, donde vivieron mis padres, en una frente a la mina de la Tierra Blanca,  y la que ocupaba Milo García, que luego cayó en manos de Marcelino Luna,.
Título Thermas Internacional (Ciudad Acuática) 2015-01-22 Economicos ...
Este es el parque acuático Agua Plassen Canabacoa, al frente está todavía la escuela donde estudié hasta el tercer curso de primaria y nací a menos de 300 metros de allí
Mi abuela.  Junto  sus hijos y sus nietos,  fuimos a parar a los terrenos de Villa Mata,  después haber venido sus propiedades  en Canabacoa. La tierra de leche y miel  a la que llegábamos en 1947 era una  Colonia  de miles de tareas, que parece había ocupado un extranjero,  en calidad de arrendatario, o quizás como propietario, nunca se supo como adquirió esas tierras ni quien se las vendió. Un bucanero del Caribe en la explotación de maderas preciosas.
Al supuesto propietario solo se le conocía con el  nombre de  ( Mr. Villa Mata) no dejó rastros cuando se fue, pero se llevó la riqueza madera de la colonia que eran inmensas,  en caobas, cedros, y otras maderas preciosas.
Cuando hablo del negocio pésimo que realizó mi abuela,  al comprar dos parcelas en Villa Mata, me refiero,  que en principios creíamos que eran tierras tituladas, pero en el  fulgor del tiempo se descubrió que había que pagar un arrendamiento anual de un 10% y  cuando el colono se marchara nada tenía que reclamar, porque el tal Villa Mata era el propietario, luego apareció otro vivo,, de nombre Jacobo Lara III, y dizque compró los terrenos y éste se los traspasó a un ganadero que supuestamente logró en el gobierno de Balaguer que les titularan los terrenos..
Vendimos las tierras fértiles y de calidad de Canabacoa, a precio de carne de chivo,  cuando estaban en abundancia, para adquirir terrenos de segunda calidad y arrendado  en un lugar  inhóspito. La tierra de Villa Mata, era óptima para pastoreo, para alimentar al ganado,  y para producir tubérculos para el consumo de la familia.
Víveres en abundancia, plátanos, guineos, yuca, batata, ñame, Mapuey, yautía coco…y muchos aguacates…, pero la carne, el arroz,  y otros condimentos de la dieta diaria escaseaban, la manteca  de puerco era abundante, había muchos cerdos de engorde,  en ese tiempo no había aceite comestible en la loma ni en el llano, eran los años  1947-48.
La reflexión que alcanzo hacer sobre la  torpeza de vender terrenos de calidad, con precios de futuro asegurado, por unas tierras de segunda o tercera calidad, se la atribuyo a la influencia de mis tíos Roberto y Chano, el primero,  buscaba conseguir una propiedad porque estaba a un paso de casarse y la consiguió en una comunidad que le llaman la Joya en el Río Blanco, al segundo nunca le gustó doblar el lomo y menos en la agricultura, por lo que le importaba un pepino  si no se hacía  un buen negocio, siempre fue un mantenido de mi abuela, hasta que se comprometió con su propia familia.
De las dos parcelas en Villa Mata, mi abuela le entregó una a mis padres y en la otra se quedó viviendo y cultivándola junto a Chano. Roberto fundó tienda aparte con su mujer y sus hijos, Bernardo, que conquistó a una negrita muy coqueta llamada Lucía, la dejó a los dos meses de “ llevársela” y se autoexilió en la Granada Company de Manzanillo, dedicándose al trabajo agrícola de la empresa norteamericana bananera, posteriormente s dedicó a cultivar arroz con su familia..
Siguiendo la pista de la tierra que poseía mi abuela y que vendió casi regalada,  nos comunicó nuestra madre antes de morir, que la finca que se levantaba frente a la escuela de Canabacoa, y que ocupó Milo García, quien fue su segundo marido,  después enviudar de mi abuelo. Éste se quedó con la propiedad y nosotros sin herencia.@.

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