¿Qué pasaría si la Corte
Suprema de EE.UU acepta el alegato de fraude Donald Trump?
El siglo XXI en su primer
tercio de existencia, ha sido funesto y una retranca para la tradicional
democracia norteamericana. En las elecciones del año 2000, Al Gore, y la
mayoría de los electores, junto a su equipo de campaña, creyeron hasta el
último momento, que Gore era el claro
ganador, pero por una diferencia de 537 papelas electorales en el estado de FL, la Corte Suprema, certificó la
victoria de George W. Busch.
Dieciséis años después, la
situación fue distinta y más agravante. La ex senadora Hilary Clinton, ganó el
voto popular en el (2016) con 2.8 millones de votos por encima de Donald Trump,
pero perdió en los estados claves la mayoría de votos del antiquísimo Colegio
Electoral, de los Estados Unidos.
Este organismo electoral reconoce al candidato que sume más votos por cada estado de la Unión Americana, que acumulada 535 votos electorales. El candidato que llegue a la mitad, más 1- es decir, a 270 de esa cantidad, gana sin cuestionamientos.
Pero como todas las
democracias tienen sus debilidades y defectos, ahora, en la contienda del 3 de
noviembre, ganó Joe Biden, candidato demócrata, con más de cuatro millones de
votos populares, y suma 290 votos electorales, pero el presidente Donald Trump, el rey sin corona de los Estados
Unidos de América, alega que hubo
fraude, pero no ha podido presentar una sola prueba que sustente su
inconformidad con la derrota.
Donald Trump, es un
adversario peligroso, tramposo en los negocios, capitalista-inversionista y embaucador de alto
quilates y por demás, se cree el rey del plantea, dónde sus lacayos deben
obedecerles y sus socios enzarzarles como el emperador Nerón.
Los trumpistas que son
muchos, más de 70 millones de electores, están aferrados a un triunfo inexistente y
confían en que la Corte Suprema le dará la victoria, aunque desaparezca la
democracia y la sociedad estadounidense se divida en grupos sociales
irreconciliables.
Tremp al parecer, cuenta con
el favoritismo de una Corte Suprema, conservadora y comprometida, quizás, la última jueza juramentada recientemente
es una ficha del trumpismo.
Pienso que si los
magistrados de la Corte Suprema se dejan encantar como hacen los orientales con
las serpientes, crearían un problema de profundas consecuencias y terminarían
de dividir a Estados Unidos en Norte-Sur-Este-Oeste. Esperemos con paciencia, como lo hace Joe Biden al 20 de enero, y ya veremos de qué lado está la victoria,
aunque ésta es demócrata en forma irreversible. (pnsnoticias@gmail.com).
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