miércoles, 17 de mayo de 2017

Las filtraciones de Donald Trump a Rusia: En la Pluma de don Godo



Huracán político amenaza con llevarse a Trump
Luis Godofredo Pichardo
Putin offers to share transcript with Congress
Putin...enllave de Trump en negocios o en política
La institucionalidad norteamericana atraviesa por una profunda crisis. Hay un vacío de poder como nunca antes. El poder político, económico y militar estadounidense está en las manos de “un niño”, escribe  el New York Times en uno de sus comentarios.
Y la afirmación se queda corta, porque hay niños que son juiciosos, educados y talentosos. Donald J. Trump, no reúne ningunas de esas condiciones.
Comey  del FBI puede aguarle la fiesta a Trump
La maldición que parece tener la gestión administrativa del magnate de los bienes raíces estadounidenses, no parece que viene de los últimos tres meses y 27 días de su gobierno republicano, ya antes, era un tramposo y polémico empresario que ni siquiera le gustaba pagar a sus trabajadores.
Pero olvidémonos del pasado y enjuiciemos el presente. Trump como presidente de los Estados Unidos no ha logrado un solo acierto en su administración, y nunca como ahora,  la Casa Blanca había un rechazo y una sobre carga de responsabilidad frente a la opinión pública mundial o estadounidense, como en el presente gobierno.
Trump es un pésimo gobernante, tutea al enemigo y desafía y rechaza al pueblo que lo eligió en el cargo a la presidencia de los Estados Unidos.
La filtración de noticias clasificadas que está siendo publicada por los prestigiosos periódicos New York Times y Washington Post lo delata, como un hombre sin principios y poco respetuoso del juramento que hizo sobre la Biblia de fidelidad a los Estados Unidos y a su pueblo.
Sally, la fiscal interina que Trump despidió por no ejecutar el decreto migratorio
Se nos hace difícil entender las razones que arguye Donald Trump para revelarles secretos ( clasificados) al ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, que ponen en peligro la seguridad interna y externa de los Estados Unidos.
Sergué Lavrov, el ministro ruso de Exterior, dijo en una conferencia de prensa en el Kremlin  el pasado viernes,  que el asombro de de los norteamericanos por la entrega de secretos clasificados a Rusia, es una reacción política y que veía normal que Trump compartiera secretos con Vladimir Putin.
Del temido embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, la Cancillería rusa aseguró que es un diplomático de carrera, al que cuando era vice ministro de Exteriores en el Kremlin consultó y trató con diversos funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Empero, a pesar de la defensa que hizo Lavrov de Kislyak, en medios periodísticos estadounidenses y en la propia diplomacia norteamericana se considera al embajador Kislyak, como un espía tenebroso. Ágil para sus movimientos y un buceador de secretos ajenos.
Por su parte,  el secretario de Justicia norteamericano  Jeff Sessions, que parece filtró algún tipo de información de inteligencia estadounidense se ex culpó y dijo que se inhibe de cualquier investigación que se aperture al respecto. Sustentó su decisión a consultas previas con el Departamentos de Justicia.
Mientras la tormenta política de la filtración de Trump a los rusos evoluciona y se extiende, legisladores demócratas, independientes y personalidades de EU reclaman una investigación amplia: con un fiscal independiente, sin importar que la Casa Blanca esté en el centro del vórtice del huracán político.
Sergueí Lavrov, Donal Trump y Sergey Kislyak, protagonistas de la mayor discreción diplomática entre la Casa Blanca y el Kremlin
Por otro lado, es posible que el despido de James J Comey, como director del Buró Federal de Investigaciones (FBI) obligue a renunciar a Donald Trump en un período de tiempo más corto del que esperan los analistas políticos.
Si se abre un proceso criminal por perjurio al presidente norteamericano, por haber tratado de obstruir la Justicia en el caso de Michael. Flynn ,  quien fue asesor de Seguridad de Trump, y a quien se involucra en las reuniones con funcionarios  rusos,  y a quien se acusa también,  de haber dirigido la campaña sucia contra Hilary Clinton, este proceso terminaría en un Impechtmen, que obligaría al Congreso  a pedir la renuncia de Trump.
Viéndolo desde este ángulo el horno que rodea a Trump, está con muy altas temperaturas y como se dice en el argot popular, no está  para hornear galletitas. (PNS@).

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